En el contexto económico actual, el escenario externo ha evolucionado de acuerdo con las previsiones del Informe de Política Monetaria (IPoM) presentado en septiembre por la autoridad correspondiente. La Reserva Federal de Estados Unidos ha tomado la decisión de recortar su tasa de interés, evidenciando un ambiente de disminución en el mercado laboral, aunque con algunos indicios de resiliencia en la actividad económica. Sin embargo, la inflación permanece bajo presión debido a la persistencia de ciertos factores que alimentan el aumento de los precios, lo que ha llevado a expertos a monitorear de cerca la situación.
Durante las últimas semanas, el Gobierno Federal de Estados Unidos ha estado en un cierre parcial, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la estabilidad económica. A pesar de esto, se ha anunciado un posible principio de acuerdo en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, aunque las tensiones comerciales continúan siendo un foco de incertidumbre para los mercados globales. A pesar de los altibajos, los mercados financieros han registrado un desempeño positivo desde la última reunión, impulsados por una percepción optimista sobre las futuras decisiones de la Fed respecto a las tasas de interés, lo que ha contribuido a la apreciación de varias monedas en la región latinoamericana.
En lo que respecta a las materias primas, la situación ha sido volátil; el precio del petróleo se ha mantenido por debajo de los niveles anteriores, evidenciando un mercado en constante ajuste. Por otro lado, el precio del cobre ha mostrado un aumento significativo, impulsado por restricciones de oferta a nivel global y diversas tensiones geopolíticas que afectan su comercialización. En el ámbito financiero local, las tasas de interés se han mantenido estables, con el peso chileno exhibiendo una apreciación frente a otras divisas. La bolsa local también ha registrado ganancias, lo que refleja un ambiente de inversión relativamente optimista.
Analizando la actividad económica, la Encuesta de Crédito Bancario (ECB) indica que no ha habido cambios significativos en la percepción de oferta y demanda por crédito, lo cual sugiere una continuidad en las tendencias observadas. Según los datos de agosto, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) mostró una caída del 0,7% en el indicador total, y del 0,5% en su componente no minero, mientras que ambos indicadores crecieron en el año 0,5% y 1,7%, respectivamente. Los sectores que más sufrieron caídas fueron la minería y los servicios empresariales, típicamente afectados por una volatilidad significativa, aunque el comercio y la industria destacaron por su mejor desempeño.
El panorama del mercado laboral revela señales mixtas, con una ligera disminución en la tasa de desempleo y un crecimiento lento en el empleo. Además, los salarios han moderado su ritmo de crecimiento. Las proyecciones de inflación para los próximos dos años se sitúan en torno al 3%, lo que ha llevado al Consejo de Política Monetaria a evaluar cuidadosamente los próximos pasos en la tasa de política monetaria (TPM). Con base en estos factores, la autoridad monetaria ha reafirmado su enfoque flexible en la conducción de la política monetaria, priorizando la convergencia de la inflación a su meta establecida en 3% para el horizonte de dos años.








