La presidenta del Partido Social Cristiano, la diputada Sara Concha Smith, ha expresado su desacuerdo con el patrocinio estatal del cuento infantil “Ariel es una niña”, una iniciativa promovida por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). Este proyecto, que busca fomentar reflexiones sobre las infancias trans en los espacios educativos, ha generado un intenso debate en la sociedad chilena. Concha ha calificado de «impresentable» que se utilicen recursos públicos para financiar este tipo de material, argumentando que sus contenidos promueven ideologías que no son apropiadas para los niños.
En sus declaraciones, Concha destacó la gravedad del uso de fondos estatales en un libro que, a su juicio, no corresponde a la realidad educativa de infantes. «Es impresentable que con los pocos recursos que le quedan al Estado hoy día se estén promoviendo ideologías y se esté financiando el libro ‘Ariel es una niña’», sostuvo la diputada, añadiendo que esta iniciativa podría influir negativamente en la formación de los más pequeños. La publicación contempla una primera tirada de 5.000 ejemplares, que serán distribuidos en jardines infantiles y escuelas de todo el país.
La diputada ha anunciado su intención de oficiar a diversas instituciones, incluyendo la Contraloría, la Defensoría de la Niñez y la Subsecretaría de la Niñez, para que revisen los criterios que permitieron la aprobación y difusión del libro. Con esto, Concha busca que se establezcan controles más rigurosos sobre el tipo de materiales que se utilizan en la educación infantil y se asegure el respeto a las inclinaciones de las familias respecto a lo que sus hijos deben aprender.
La controversia se ha intensificado en el ámbito político, con otros diputados como Diego Schalper Sepúlveda de Renovación Nacional, quien también ha cuestionado la decisión de financiar el cuento infantil, calificándola de «increíble». Schalper advierte que las entidades públicas involucradas están ignorando el derecho que tienen los padres a elegir la educación que desean para sus hijos, un tema que resuena con la preocupación de muchos grupos familiares en Chile sobre el contenido educativo en sus comunidades.
Desde la Defensoría de la Niñez se ha señalado que esperarán la recepción formal del oficio antes de emitir comentarios sobre el asunto. Por su parte, el Ministerio de Desarrollo Social no se ha pronunciado aún respecto al debate que ha suscitado esta controversia, dejando a la ciudadanía a la expectativa de una postura oficial. Este caso ha puesto de manifiesto la tensión existente entre la promoción de la diversidad y la educación tradicional, abriendo un espacio de discusión sobre los límites de la intervención estatal en la educación de los niños.








