El vicepresidente Álvaro Elizalde destacó esta mañana la actitud del Presidente Gabriel Boric frente a las revelaciones relacionadas con el caso ProCultura, asegurando que el mandatario se encuentra «tranquilo». Elizalde enfatizó que no hay evidencias que puedan implicar a miembros del Gobierno en este asunto, afirmando que «sabemos que no hay ninguna responsabilidad por parte de las autoridades de gobierno en estos hechos». Estas palabras buscan reforzar la confianza en la gestión del Ejecutivo en un momento de incertidumbre.
En su declaración, Elizalde instó a la ciudadanía a no apresurarse en alcanzar conclusiones antes de que se esclarezcan los hechos. Recordó que el Presidente Boric «no tiene ningún rol en esta investigación», agregando que ni siquiera ha sido citado a declarar como testigo. Esta afirmación intenta despejar cualquier sospecha sobre la participación del Presidente en el caso y también reafirma el compromiso de transparencia del Gobierno en este tipo de situaciones.
Con respecto a la situación actual, el vicepresidente reiteró que el mandatario está en paz con sus acciones. «Desde el punto de vista penal, nosotros creemos que no hay ningún tipo de responsabilidad», subrayó Elizalde, transmitiendo la confianza del Gobierno en que los procesos judiciales se realicen con justicia y rigor. La postura del Ejecutivo es clara: no se encubrirá a nadie, y se actuará en conformidad a la ley, independientemente de los involucrados.
Elizalde también resaltó la voluntad del Gobierno de colaborar con las investigaciones en curso. Según sus palabras, «que se investiguen, que se esclarezcan los hechos, que se apliquen las sanciones que correspondan». Esta declaración pone de manifiesto la intención de la administración Boric de actuar con responsabilidad ante las dificultades y crisis que puedan surgir, buscando siempre la verdad por encima de consideraciones políticas.
Por último, el vicepresidente concluyó mencionando el firme compromiso del Gobierno de abordar los posibles casos de corrupción con seriedad. «Caiga quien caiga», dijo, citando al Presidente. Esta frase refleja no solo la postura del Gobierno ante situaciones complejas, sino también una determinación de no tolerar la corrupción bajo ninguna circunstancia, lo que es fundamental para mantener la confianza pública y la integridad del sistema político en general.
