Guillermo Maripán, defensor del Torino y referente en la Selección Chilena, se ha convertido en un tema recurrente de discusión en el complejo panorama del fútbol nacional. A sus 31 años, quienes siguen su carrera se sienten divididos entre la nostalgia por lo que pudo haber sido y la esperanza de lo que aún está por llegar. Después de un inicio prometedor en sus primeras eliminatorias, las recientes decepciones hacia el Mundial de 2026 han dejado una huella en la trayectoria del jugador, quien no ha dudado en expresar su frustración: «Con 31 años, ese sueño se me va alejando». Esta mezcla de emociones refleja no solo su deseo de participar en competiciones internacionales, sino también la lucha constante que vive el fútbol chileno por recuperar su lugar entre los grandes del continente.
Las recientes eliminatorias han sido testigos de la dificultad que enfrenta la Roja, donde Maripán ha jugado un rol fundamental en la defensa. Sin embargo, a pesar de los fracasos acumulados en dos ciclos eliminatorios, el jugador se muestra optimista sobre el futuro. “Hay mucho ruido exterior, pero hemos visto que los chicos de la nueva generación saben manejar la presión”, señala. Estas palabras resaltan la importancia del nuevo talento chileno, que podría ser la clave para una revitalización del equipo nacional y para renovar las esperanzas de los aficionados chilenos.
Ventilar también la necesidad de que los jóvenes asuman la presión que conlleva representar a la Selección ha sido un tema recurrente en las declaraciones de Maripán. Confiado en las capacidades de sus compañeros más jóvenes, argumenta que “lo que requiere la Selección es que los chicos sepan llevar la presión de jugar”. Su énfasis en el buen manejo emocional de los nuevos jugadores subraya un cambio en la cultura del deporte nacional, donde cada vez más se prioriza el bienestar mental, reconociendo que la carga de representar a un país puede ser tan abrumadora como desafiante.
Sobre las críticas que rodean al equipo y a su actual técnico Ricardo Gareca, Maripán se mantiene diplomático. A pesar de las voces disonantes que cuestionan sus decisiones, él afirma no haber tenido problemas personales con el entrenador y subraya la importancia de la salud mental en el actual contexto de las redes sociales. “En el fútbol, los resultados no siempre acompañan al esfuerzo”, menciona, recordando que tanto las alabanzas como las críticas pueden tener un impacto profundo en los jugadores, un aspecto que no se debe ignorar en el análisis del rendimiento deportivo.
Maripán, frente a los rumores de intentos de manipulación dentro y fuera del campo, reafirma su compromiso con la Selección Tetela: «Mi compromiso con la Selección siempre ha sido intachable». Su ferviente deseo de seguir representando a Chile, mientras sus condiciones físicas lo permitan, refleja un espíritu inquebrantable y una profunda lealtad. Mientras el fútbol chileno enfrenta un futuro incierto, la trayectoria de Maripán es un recordatorio de que incluso en los momentos de adversidad, siempre hay espacio para la esperanza a través de la nueva generación de talentos que ya están listos para asumir el reto.