La reciente publicación de la nueva Ley de Fraccionamiento Pesquero en el Diario Oficial, el 25 de junio de 2025, marca un verdadero hito en la regulación del sector pesquero en Chile. Esta legislación renovada no solo redefine la distribución de los recursos marinos, sino que también responde a una serie de demandas históricas de las comunidades pesqueras artesanales. La ley, que reemplaza una normativa que había estado en vigor desde 2012, busca corregir las inequidades generadas bajo la anterior Ley Longueira y establece un nuevo esquema para la asignación de las Cuotas Globales de Captura (CGC) entre 23 pesquerías de interés comercial. Con la implementación de esta ley, el futuro de la pesca en el país se presenta con nuevas expectativas y retos.
Uno de los cambios más significativos que trae la nueva legislación es la reasignación de cuotas de captura, un cambio que se considera necesario para promover un desarrollo económico sostenible en el país. Según el subsecretario de Pesca, Julio Salas, la ley no solo garantiza un acceso más equitativo a los recursos marinos, sino que también favorece el crecimiento de la pesca artesanal. Se prevé que se transfieran recursos equivalentes a $160 mil millones (aproximadamente US$170 millones) desde el sector industrial hacia los pescadores artesanales, lo que sin duda tocará la vida de muchas familias que dependen de esta actividad.
En cuanto a la distribución regional, la nueva ley tendrá un impacto significativo en diversas zonas del país. Desde Arica hasta Antofagasta, la cuota de captura para la anchoveta y sardina española pasará del 15% al 55% para los pescadores artesanales, mientras que la cuota para jurel aumentará del 5% al 15% en la misma región. En el sur, lugares como Valparaíso y Los Lagos verán un cambio radical al otorgar un 90% de la cuota de anchoveta y sardina común al sector artesanal. Estas modificaciones, programadas para implementarse en septiembre de 2025, reflejan un compromiso firme por mejorar la situación del sector artesanal y promover una economía más inclusiva.
El impacto social y económico de esta nueva legislación es profundo e integral. Más allá de una simple reestructuración de cuotas, esta ley busca cerrar las brechas de inequidad que existían en la anterior normativa, apuntando a fortalecer el tejido social de las comunidades pesqueras. Se espera que este cambio no solo impulse la pesca artesanal, sino también el desarrollo sostenible de las economías locales, similar a las iniciativas que han apoyado a emprendedores en Chile. Al priorizar a los pescadores artesanales, se da un paso importante hacia la justicia social en el sector pesquero.
De cara al futuro, la reconfiguración del Mapa Pesca Industrial Chile plantea tanto desafíos como oportunidades. La sostenibilidad y la equidad en la distribución de recursos serán pilares fundamentales para asegurar el futuro de la pesca en el país. La pregunta que queda en el aire es: ¿mejorará realmente la nueva distribución de cuotas las condiciones de trabajo y vida de los pescadores artesanales? Invitamos a nuestros lectores a compartir sus opiniones y participar en el debate sobre el futuro de la pesca en Chile. Para más actualizaciones, sigue el Último Minuto de ChileNoticias.