La denominada «Marcha Clasista» ha comenzado a ser escenario de enfrentamientos entre manifestantes y el personal de Carabineros, en lo que se enmarca dentro de la celebración del Día Internacional del Trabajador. Este evento ha sido convocado por la Central Clasista, una organización creada en oposición a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y se lleva a cabo de manera paralela a las movilizaciones de esta última. Las tensiones han escalado rápidamente, generando inquietud entre los asistentes y los transeúntes en Santiago, principalmente en las zonas críticas de la Alameda, donde la marcha ha generado un fuerte despliegue policial.
Los incidentes más preocupantes han surgido en el tramo de Alameda entre República y Bascuñán Guerrero, donde grupos de encapuchados han sido reportados realizando destrozos a señaléticas públicas. La policía ha advertido sobre estos actos de vandalismo, quienes se han utilizado para agredir a los efectivos de Control de Orden Público. Este tipo de enfrentamientos se ha vuelto habitual en las manifestaciones del 1 de mayo, donde la tensión política y social en el país se manifiesta de manera contundente en las calles.
La intervención de Carabineros ha sido necesaria, utilizando diversos medios para restablecer el orden tras los graves altercados ocurridos en el sector. Se han reportado situaciones de riesgo, donde individuos encapuchados han lanzado artefactos incendiarios hacia vehículos particulares. Afortunadamente, no se han registrado lesionados, pero la situación se mantiene tensa, pues las autoridades intentan controlar a los manifestantes más radicales que promueven la violencia y el desorden.
En respuesta a la situación, Carabineros ha recomendado a los ciudadanos evitar las rutas afectadas por los disturbios y ha cerrado varias estaciones del Metro de Santiago, como República y Unión, para garantizar la seguridad de los pasajeros. Esto ha generado una serie de complicaciones en el transporte público en la capital, aumentando el caos en un día ya de por sí significativo para los trabajadores. La respuesta de las fuerzas del orden es vista tanto como necesaria por algunos, como desproporcionada por otros, que piden un enfoque más pacífico a la protesta.
Las movilizaciones en este Día Internacional del Trabajador se producen en un momento de creciente descontento social en el país, con demandas que abarcan desde mejores condiciones laborales hasta reformas más profundas en el sistema político y económico. La coexistencia de la Marcha Clasista con las actividades de la CUT pone de manifiesto la diversidad de opiniones y visiones dentro del movimiento sindical chileno, generando un clima de polarización y desafíos para las autoridades a la hora de abordar las demandas de los trabajadores.