La diputada electa del Partido de la Gente (PDG), Zandra Parisi Fernández, expresó su indignación tras conocer los comentarios de Darío Quiroga, exasesor de la ministra Jeannette Jara, quien insinuó en un video que su nombre podía estar asociado a «flaiterío» o «inmigración». En una entrevista con CNN Prime, Parisi reveló que sintió una profunda «rabia» al ver las declaraciones de Quiroga, las cuales no conocía hasta ese momento. «Nunca había cruzado una palabra con él,» agregó, enfatizando su sorpresa y descontento por la ligereza con la que se permiten tales ofensas, especialmente en la arena política.
Durante la entrevista, Zandra Parisi también comentó sobre el impacto emocional que la situación tuvo en su familia, particularmente en su madre, quien fue la que le dio su nombre. «Mi mamá me dijo: ‘hija, ¿por qué te dijo eso?’. Para las mamás es fuerte (…)», reflexionó Parisi, evidenciando cómo los comentarios dañinos no solo afectan a la persona directamente aludida, sino también a sus seres queridos. Esto resalta la importancia de la sensibilidad y el respeto en el ámbito político.
Parisi ha denunciado la impunidad que parece existir en Chile respecto a este tipo de comentarios despectivos. «En Chile, que te ofendan no implica ninguna responsabilidad», declaró. Reconoció que, si bien podría entender que personas ajenas al mundo político carezcan de la misma sensibilidad, considera inaceptable que figuras con una trayectoria en la política se sientan con libertad para denigrar a otros sin repercusiones. Su postura invita a una reflexión sobre la responsabilidad que tienen los líderes de opinión en sus declaraciones.
El efecto de las palabras de Quiroga no solo se sintió en el ámbito personal de Zandra Parisi, sino también en su carrera política, ya que el incidente tuvo consecuencias laborales para el exasesor. Tras el escándalo, Jeannette Jara decidió despedir a Quiroga de su equipo, distanciándose de sus comentarios. Esto demuestra que las instituciones políticas pueden tomar acciones ante declaraciones inapropiadas de sus colaboradores, algo que Zandra aplaudió en su conversación con los medios.
La situación de Zandra Parisi Fernández pone de manifiesto la necesidad de promover un discurso político más respetuoso y considerado. La política, a menudo marcada por la polarización y los ataques personales, debería ser un espacio donde se fomente el diálogo constructivo y se eviten los prejuicios. Zandra, con su valentía al expresar su frustración y su compromiso por representar a su comunidad, se ha convertido en un ejemplo de cómo enfrentar la adversidad en la arena política.








